Buenas tardes. Bienvenidos a mi blog.
Está pensado para publicar aquello que pase por mi mente, bien sea realidad (comentarios sobre noticias de actualidad, historia, etc.) o ficción (relatos, novela, incluso poesía).
También me gustaría que aquellos que lo siguierais expresarais vuestras opiniones.
Ojalá en un futuro no muy lejano, todos (vosotros y yo) estuvieramos satisfechos de leer (los unos) y de publicar (el otro) en este, el que espero, de todo corazón, sea a partir de ahora, un espacio de ocio, reflexión y opinión.
Gracias. a todos.
Un saludo.
Ricard.

viernes, 27 de abril de 2012

Reflexión nº 1.

Buenas noches.

A lo que publico hoy lo llamo "Reflexiones". Intenta ser más real que de ficción. Más una forma de ver la vida, la economía, la política, etc., que crear historias nuevas. Más observar lo que nos rodea que crear universos nuevos y seres más allá de la vida corriente.

Son textos a veces ingenuos (a propósito), a veces punzantes.

Así pues, ahí van mis primeras reflexiones.




Reflexión no 1

En líneas generales los seres humanos creemos en la frase “tal como trates, te tratarán”. Somos así de confiados.
¿Qué nos lleva a ser tan confiados? El día a día. Las cuestiones de mínima importancia. Lo es pagar un café que te tomas en un bar, el periódico que compras.
Mayor importancia tiene adquirir una cafetera, por ejemplo. El café es el trato con los conocidos, ligeramente amigos. La cafetera es una relación a la que le puedes dar mayor importancia. Por ejemplo, una relación de pareja. Todos los días tomas un café, pero no te compras una cafetera cada día.
Cuando lo haces piensas que si la cuidas, la cargas de agua, le limpias los filtros, le limpias la cal, ella te responderá dándote un buen café. No ves posible (o probable) que el café salga aguado, que no salga o que se obture. Tal es tu confianza en el trato dado.
No piensas que pueda tener defectos de fábrica. Además, estoy hablando de una cafetera. Está en garantía y si tiene defectos de fábrica la cambias y en paz. En el caso de una relación, hablo de defectos de fábrica de la relación, no de la persona.
Pero cuando no es una cafetera sino una persona, le coges cariño y, aunque viniera con garantía, difícilmente la utilizarías para cambiarla.
La diferencia de las cafeteras con las personas es que hay otras variables a tener en cuenta (aparte de los defectos de fábrica).
Me refiero con ello a la propia voluntad. En el caso de las cafeteras sería que decidieran por si mismas no funcionar.
¿A qué sería inverosímil? Porqué ¿qué razón tendría una cafetera para dejar de funcionar? ¿Porqué si?
En cambio, en los seres humanos existe el “porqué si”. Le llamamos “libre albedrío” y, lo que es un gran invento para el desarrollo del ser humano, para su libertad personal, es un error garrafal en distintas situaciones de la vida.
Porqué querer a alguien, apoyarla, cuidarla, mimarla, amarla con todo tu corazón (y ser correspondido) no casa con que, sin sin discusión alguna (cargar de agua, limpiar filtros, limpiar la cal), sin daño o merma (avería por inexistencia de cuidados), termine una relación.
Si en invierno tu estás a gusto cubierto con un batín, al amor del calor de la chimenea, de la calefacción o de la estufa, sencillamente, no te despojas de la ropa, te quedas como viniste al mundo y sales a la intemperie. No tiene sentido (dejando aparte la pulmonía que puedes sufrir).
Nos entristecemos, incluso nos desesperamos, porqué no sabemos porqué esa cafetera ha dejado de funcionar. Porqué las cafeteras no hablan. Pero las personas, si (no se yo si el ejemplo de las cafeteras es adecuado al caso).

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